Día a día aprendiendo a ser

Te propongo algo. Te propongo ser eternos, durar lo que dure todo lo que tenga que durar. Pertenecernos cada minuto, sin llegar a que sea una simbiosis. Te propongo soñar cada día, sonreírnos a pesar de habernos dicho cualquier tontería, jugar como niños no importa la edad que tengamos. Te propongo que tengamos un secreto, un código interno, que sólo nosotros entendamos. Te propongo que antes de dormirnos y a la hora de levantarnos, imaginemos nuestra vida perfecta, y después reírnos al saber que no hace falta imaginarla, ¿para qué? Si la estaríamos viviendo. Te propongo ser disfuncionales, para nada monótonos, pelearnos y decirnos las cosas sin anestesia, para que luego nos pidamos perdón y nos digamos las cosas que realmente sentimos. Porque… Vamos! Los dos sabemos que nada de lo que digamos estando enojados es cierto. Te propongo tener un minuto al día para mirarnos sin decir nada y sonreir porque esta tonta se sonroja. Te propongo llorar, festejar los días de lluvia, odiar al tiempo que se lleva nuestros momentos juntos. Te propongo probar e inventar toda clase de besos. Ah! También te propongo tener nuestro propio día de los enamorados, y burlarnos de aquellos que salen apurados el 14 de febrero a comprar algo a otra persona, para demostrarle que la quiere. Nosotros no necesitamos eso, yo te puedo demostrar cuánto te amo de unas mil formas en una hora, cada día. Te propongo que convirtamos nuestra vida en una comedia romántica, ya sabés cuánto me gustan. Pero hagamos una excepción, sin finales.

Yo te propongo todo esto, pero espero tus proposiciones. Despues todo, nada de esto se podría cumplir sin tu parte. Aunque pensándolo bien, no necesito hacer nada de lo que te dije. Lo único que quiero y espero que aceptes, es pasar cada día de mi vida con vos, no importa cómo, pero con vos.