Hola! Hace como una eternidad que no
escribo, y qué mal que está eso! Escribir es hermoso y un gran
método para realizar catarsis.
Hoy voy a contar una historia muy
particular que realmente me llegó al alma, especialmente porque la
entiendo, y prácticamente viví mi propia versión.
Ella de Buenos Aires, él de Rosario.
Tantos kilómetros en el medio, que se comprimen en dos computadoras
en cada extremo.
¿Cómo puede ser que exista tanta
conexión entre dos personas que no se conocen físicamente? Ojalá
nunca me lo pregunten, porque me reiría en la cara del nabo que
formule esa pregunta tan estúpida. El amor se da, y cuando sucede es
hermoso. Y esa distancia que pueda existir entre las dos personas que
participan de este juego no significa nada. Pueden ser 1000
kilómetros, 400 en mi caso, y 300 en lo de esta historia. Pueden ser
kilómetros, metros, centímetros, micromilicentímetros, no importa.
La distancia no significa nada, cuando la intensidad del amor es tan
fuerte que rompe todos los esquemas de nuestra vida.
Diez años parece mucho tiempo, pero no
es mucho. No alcanza esa palabra en este cuento. Diez años de
conocer a una persona, de amarla, de querer entregar todo por ella,
de morir de amor, pero sin verla. ¿Qué clase de tortura es esa? Yo
veo a muchas parejas que se acaban de ver hace un par de horas, y ya
se extrañan. Qué exagerados! Me dan gracia que no puedan soportar
tanto tiempo sin extrañar a la otra persona, ellos no entienden, no
saben lo que es extrañar, añorar, tener unas ganas que se
reproducen a cada minuto de ir corriendo a los brazos de tu amor.
Pueden sentirlo, pero se olvidan al instante, yo lo sé.
En fín, hace unos días, la
protagonista de esta historia tan intensa, aunque no me alcancen las
palabras para describirla como se merece, me da la gran noticia. Año
2014. Se vieron por primera vez. Seguro fueron unas horas, unos
momentos. Pero estoy segurísima de que, a pesar de que se haya
pasado como en un segundo, pudo durar una eternidad en sus corazones.
Diez años esperando, y el momento llegó. Los nervios, las ganas, la
ansiedad, los recuerdos, tantas cosas que se sienten en ese instante
antes de que suceda. Y lo sé, porque lo viví. Y el encontrarte con
la persona que tanto amaste (y amás), no se compara con nada.
¿Ustedes entienden la gravedad del
asunto? DOS PERSONAS QUE SE CONOCEN HACE DIEZ AÑOS LOGRARON VERSE
POR PRIMERA VEZ, ESTE AÑO, 2014. Ya maduros, ya con sus vidas con
una dirección totalmente distinta a la que tenían cuando se
hablaron por primera vez, pudieron cumplir lo que tanto esperaron. Y
se que lo esperaron más que cualquier cosa en la vida. Porque así
es el amor, te hace desear tanto algo que no importa lo que tarde,
uno puede esperar todo el tiempo que requiera, porque tiene la
esperanza y la confianza de que va a pasar.
Llantos, peleas, sonrisas, enojos, ojos
iluminados, carcajadas, celos, broncas, tristeza, alegrías,
felicidad, momentos duros, momentos especiales, miles de cosas
vividas y todas acumuladas en un par de horas, cuando por fin dejaron
de ver sus monitores, y vieron los ojos que tanto querían mirar, y
que los miren. Seguro se fundieron en un abrazo (muchos abrazos) que
durarán para siempre en algún lugar. Y créanme, esas pocas horas
que se vieron, les van a durar por todo el tiempo que conlleve el
volverse a ver, no importa cuanto sea. Y acá está la diferencia
entre este tipo de relaciones y las que nombré hace un rato.
Nosotros (me incluyo, obviamente) podemos esperar, podemos aguantar
el tiempo que sea, extrañar es un lujo que no podemos darnos porque
rebalsaríamos de sentimientos juntos. Y así va a ser para toda la
vida... Porque estos amores son los que merecen un libro, una
película, no pueden quedarse en el recuerdo. Son el tipo de
historias que te dan esperanza, que por lo menos a mí, me ayudan a
seguir, porque ya no tenés un objetivo borroso, seguís porque en el
final vas a volver a verlo, y vas a volver a empezar, y todo se va a
repetir, hasta un punto. En ese punto, les juro, que uno va a ser
feliz eternamente. Ya no va a haber distancia, ya no va a haber nada
en el medio, sólo dos almas fusionadas para siempre.
una fucion de amor eterno y carnecida en ely cuerpo de uno y otro, la eternidad fundida y eterna.. segui escribiendo historias como estas
ResponderEliminartottalyfucked
Diez años es muchísimo! Realmente se quieren . La verdad es que es dificil mantener una relación a distancia, a uno le gustaría vivir TODO con la persona que más te importa en el mundo y a veces es frustrante no poder tenerla cerca. Que lindo que lo hayan logrado, pero por sobre todo, que se hayan esperado tanto :)
ResponderEliminarSupongo que ya te lo habrán dicho, pero... escribes genial! Sigue escribiendo historias así, de las que llegan al corazón! :)
ResponderEliminarUn besito fuerte,
NL. <3
Me encantó la historia en su totalidad <3
ResponderEliminarBesos^^
¡Para no escribir casi nunca por aquí, hiciste un homenaje de diez al amor! Enhorabuena, escribes genial, y no pierdes la esencia que te caracteriza.
ResponderEliminar¡SALUDOS!
http://undiariopersonalmas.blogspot.com.es/